«El poema perfecto compuesto por un millón de versos imperfectos escritos con sudor para la nostalgia».

Me he vuelto súper cortoplacista, porque, si lo pienso a medio o a largo plazo, mi cabeza me puede colocar en cualquier escenario nada deseable y me puede llegar a afectar.

En 2012, cuando comencé, éramos seis; cuando volví a España, en 2015, éramos 1.600, con diez oficinas repartidas a lo largo de 2.000 kilómetros, desde el desierto a los glaciares.

¿de verdad merece la pena esta búsqueda continua del límite?

hay que aprender a funcionar y a vivir con lo que hay.

honestidad y dejándonos la piel con lo que hacemos a cada momento.

En aquel año y medio que cedió la dirección a su socio, tiempo durante el que, además de otras labores, me ayudó con la firma de ropa, la empresa acabó en quiebra técnica. Ante esto, Miguel me planteó dos opciones: o juntábamos una cantidad importante de dinero y comprábamos la compañía a su exsocio o montábamos otra, pero perderíamos unos buenos

La vida no es perfecta, al final tomas decisiones y optas por las que crees que son las menos malas.

lo peor, al menos así lo siento yo, es el miedo a lo desconocido.