Reflexiones Sobre La Guillotina
La víctima, ciertamente, es inocente. Pero la sociedad que supuestamente la representa ¿puede aspirar a la inocencia? ¿No es responsable, al menos en parte, del crimen que reprime con tanta severidad?
Albert Camus • Reflexiones Sobre La Guillotina
Venimos al mundo cargados con el peso de una necesidad infinita. Eso nos llevaría a concluir una irresponsabilidad general. La lógica querría que no se pronunciaran jamás ni castigo ni recompensa, lo que supondría la imposibilidad de toda sociedad
Albert Camus • Reflexiones Sobre La Guillotina
Partiendo de ahí, la pena capital es, para el creyente, un castigo provisional que deja en suspenso la sentencia definitiva, una disposición solamente necesaria en el orden terrestre, una medida administrativa que, lejos de terminar con el culpable, puede favorecer, por el contrario, su redención.
Albert Camus • Reflexiones Sobre La Guillotina
Al parecer, la naturaleza o la magnitud de sus crímenes no permite imaginar que puedan arrepentirse o enmendarse. En estos casos se trata únicamente de evitar que vuelvan a empezar y no hay otra solución que eliminarlos.
En esta frontera, y solo en ella, es legítima la discusión en torno a la pena de muerte. En todos los demás casos, los argumentos
Albert Camus • Reflexiones Sobre La Guillotina
Notable esta cita porque es la primera en la que Camus admite que la discusión sobre la pena de muerte puede ser válida: el caso de los monstruos incorregibles.
Según los griegos, el crimen impune infectaba a la ciudad. Pero la inocencia condenada o el crimen castigado en exceso a la larga no la manchan menos.
Albert Camus • Reflexiones Sobre La Guillotina
Como no hay dos jurados iguales, el que es ejecutado habría podido no serlo. Irrecuperable para las buenas gentes de Ille-et-Vilaine, habría podido parecer disculpable para los buenos ciudadanos de Var. Por desgracia, la misma cuchilla cae en los dos departamentos. Y no hace diferencia alguna.
Albert Camus • Reflexiones Sobre La Guillotina
Llamemos por su nombre a esa pena a la que se niega toda publicidad, a esa intimidación sin efecto sobre las personas honradas, mientras lo son; que fascina a las que han dejado de serlo y que degrada o vuelve locos a los que la ejercen. Es una pena, ciertamente, un espantoso suplicio, físico y moral, que no ofrece más ejemplaridad que la de desmor
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Se trata de un sentimiento, y particularmente violento, no de un principio. El talión es del orden de la naturaleza y del instinto, no del orden de la ley. La ley, por definición, no puede obedecer a las mismas reglas que la naturaleza. Si el homicidio está en la naturaleza del hombre, la ley no está hecha para imitar o reproducir esa naturaleza. E
... See moreAlbert Camus • Reflexiones Sobre La Guillotina
Durante cinco siglos, los cristianos creyeron que la estricta enseñanza moral de su maestro les prohibía matar. Pero la fe católica no se alimenta únicamente de la enseñanza personal de Cristo. Se nutre también del Antiguo Testamento, de san Pablo y de los Padres de la Iglesia.