Hacer las cosas correctas es eficacia. Las cosas correctas son las que aportan comparativamente más valor a la persona, a la sociedad o a la organización y, a su vez, tienen más sentido en cada momento por estar más alineadas con el propósito, los valores o los objetivos (de la persona, de la sociedad o de la organización). Hacer las cosas correcta

al igual que lo son la fuerza de la gravedad o la temperatura de ebullición del agua, por citar un par de ellos. Un recurso es algo que se puede gestionar, mientras que un factor limitante es un hecho que hay que aceptar y con el que hay que convivir, te guste o no.

Por eso, el primer requisito para mejorar tu efectividad personal es ser consciente de cuánto de lo que haces ahora es realmente útil, cuánto es inútil y cuánto es perjudicial.

estabas). Si quieres que ese tema pase a estar bajo control, la solución nunca es sobreplanificar, sino pensar y decidir para que pase de ser no evidente a evidente. En términos prácticos, este proceso de transformación consiste en identificar dos aspectos de este tema: primero, concretar qué tiene que ocurrir para que puedas darlo por hecho, final

Por qué necesitas desaprender

En resumen, te rodean cosas, y algunas tienen un significado especial para ti (el que tú les das) porque reconoces en ellas un valor conocido o potencial. A estas cosas con significado especial para ti las llamamos «objetos», que pueden ser físicos, mentales o digitales.

concretemos en qué se traduce esto en la práctica. «Efectividad» es estar presente en lo que haces y que

dónde estás, adónde quieres llegar y cuáles son las posibles formas de conseguirlo. A diferencia de la sobreplanificación,

Ignorantes por incultos, por no haber leído a Peter F. Drucker,