El Camino De Los Reyes

Podríais obligarle a elegir un campeón. Está obligado por algunas reglas. Todos nosotros lo estamos. Un campeón podría funcionar bien para vosotros, pero no es seguro. Y..., sin las Esquirlas del Amanecer... Bueno, he hecho lo que he podido. Es terrible, terrible dejaros solos.

—Se me antoja que la religión, en su esencia, busca tomar hechos naturales y adjudicarles causas sobrenaturales. Yo, sin embargo, busco tomar hechos sobrenaturales y encontrar los significados naturales tras ellos. Quizá esa sea la línea divisoria definitiva entre la ciencia y la religión. Caras opuestas de un naipe.

—El día era nuestro, pero se lo llevaron —gimió el muchacho—. ¡Padre Tormenta! No podéis tenerlo. El día es nuestro. Vienen, susurrando, y las luces se apagan. ¡Oh, Padre Tormenta!

—Es mi castigo —dijo Szeth—. Matar, no tener opción, pero cargar de todas formas con los pecados. Soy Sinverdad.

—Oh. ¿Elhokar? Tu madre y yo nos estamos haciendo la corte. Querrás empezar a acostumbrarte a eso.

—¿Qué vale la vida de un hombre? —preguntó Dalinar en voz baja. —Los esclavistas dicen que unos dos broams de esmeralda —respondió Kaladin, frunciendo el ceño. —¿Y tú qué dices? —Una vida no tiene precio —dijo inmediatamente, citando a su padre. Dalinar sonrió, las arrugas se extendieron desde las comisuras de sus ojos. —Casualmente, es el valor ex

Algo de la nada. Auténtica creación.

«Me lo han quitado todo. Me enfrento a quien me salvó la vida. Protejo al que mató mis promesas. Alzo mi mano. La tormenta responde.»

Con la luz tormentosa latiendo dentro de él, sentía el ritmo de la batalla. Casi al compás de la canción parshendi.