Cuatro mil semanas: Gestión del tiempo para mortales (No Ficción) (Spanish Edition)

Cuando dejaba de intentar apartar esas sensaciones y, en lugar de eso, las acompañaba, el malestar desaparecía.

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estamos «distraídos de la distracción por la distracción».

no me apetece hacer la mayoría de las cosas que hay que hacer. No hablo solo de limpiar la taza del váter o hacer la declaración de la renta. Me refiero a esas cosas que de verdad quiero hacer.» 4

Y en cuanto dejas de creer que quizá algún día llegarás a alcanzar la paz mental de ese modo, se hace más fácil encontrarla en el presente, incluso entre exigencias que te sobrepasan, porque habrás conseguido que tu paz mental no dependa de lidiar con ellas.

persona, con la fe puesta en las palabras de Richard Bach: «Enseñas mejor lo que más necesitas aprender». 14

«La atención es el principio de la devoción»,

La respuesta adecuada a esa situación, se nos dice a menudo ahora, es hacernos inmunes a las interrupciones: aprender los secretos de la «atención implacable»

Para empezar, «lo importante» es subjetivo,

aún más necesario no tener tiempo de pararnos a pensar. La prisa es universal, porque todo el mundo está huyendo de sí mismo.»)