Sublime

La segunda realidad de la neurociencia que resultó verdaderamente útil para mí fue la afirmación de que la memoria de una experiencia traumática (como la pérdida de la pareja) no puede ser borrada de los pliegues de nuestro cerebro.

Cuanto más fácil sea traer a la mente una situación —cuanto más disponible esté—, más probable es que lo hagamos. Cualquier hecho o incidente que sea especialmente vívido, reciente o común —o cualquier cosa que preocupe a una persona— tiene más probabilidades de ser recordado con facilidad, y se le dará una importancia desproporcionada en un juicio

En otras palabras, intentar olvidar la relación, su belleza o el dolor de haberla perdido, no funciona. A nivel cerebral, sólo es posible añadir nuevas aptitudes al repertorio de respuestas, y estas nuevas respuestas, con el tiempo, tomarán el lugar

En la medida en que nuestros cerebros se acostumbran a recibir y procesar múltiples inputs y distracciones, más difícil les resulta consagrarse a una sola tarea compleja.

Maria Popova,

Really understanding how their brain responds takes the recrimination out of it: It doesn’t mean they’re broken, but it could mean

Durante los últimos cien años ha habido una desafortunada división entre los temas discutidos por la neuropsicología y la realidad viva de la mente. Esto alguna vez impulsó al neurólogo Oliver Sacks a escribir que “la neuropsicología es admirable, ¡pero deja fuera a la psique!” Felizmente, hoy esa situación ha cambiado.