Esta historia comienza el 22 de enero de 1932, el pueblo indígena salvadoreño salió a las calles a exigir justicia después de muchos años de una vida precaria, el gobierno les había quitado sus tierras comunes, de las que dependían para poder cultivar el añil para poder extender el cultivo del café.

la zona oriental de El Salvador paso de ser del pueblo indígena a ser de aquellos en el poder de la noche a la mañana, fueron expulsados de sus ejidos, de la tierra que los había visto crecer, vinculo especial entre los indígenas y su tierra.

durante 1931, mientras el partido comunista llegaba ganaba más fuerza en medio de la población indígena, Maximiliano Hernández llegaba al poder por medio de un golpe militar y fraude electoral, el pueblo protesto entre guitarras, antorchas y corbos, abriendo la alcaldía de Sonsonate a base de machetazos y pedradas, destruyéndola en su totalidad.

El gobierno militar no tardo en responder a sus protestas de forma igualmente violenta, mientras el pueblo atacaba con corbos y machetes, el ejercito militar tenia armas de fuego para escoger. La cantidad de victimas de estos encuentros hasta el momento, es desconocida.

Feliciano Amas es considerado el organizador de estos levantamientos, el gobierno lo ejecuto por conspiración comunista. Sin embargo, familiares lo recuerdan como un comunal, una persona que miraba por sus comunidades y avocaba por el bien de ellas. Estos levantamiento son considerados un movimiento autónomo con un poco de influencia comunista, antes que movimientos comunistas.

Ser indígena paso a ser sinónimo de comunista, asociación que, en un país que empezaba a cultivar valores anti comunistas, podía causar la marginación social o incluso la muerte.

las persecuciones del pueblo no tardaron en llegar, militares llegaban a las tierras y asesinaban a personas mientras hacían sus actividades rutinarias o incluso en sus propias casas.

La zona central también fue victima de la violencia militar, se estima que entre 15 a 30 mil victimas fueron los ejecutados.

A las mujeres que dejaban vivas y viudas, las convertían en la burla por la forma en la que vestían, los refajos empezaron a significar muerte y la vestimenta empezó a cambiar, vestimentas significativas para el pueblo empezaron a morir junto con el.

El genocidio indígena no solo mato a las personas pero también su lengua, el nahuat (diferente de nahuatl), dejo de ser enseñado como forma de proteger a las nuevas generaciones.

el despojo de su identidad como forma de supervivencia sigue teniendo repercusiones en la actualidad, un pueblo sin identidad y sin raíces, que ha sepultado su cultura por miedo a ser juzgado por suposiciones inciertas.

¿Los intentos por borrar la identidad indígena de este país han sido victoriosos? ¿ se ha podido arrancar desde raíz la voluntad de un pueblo entero? o ¿tiene el pueblo indígena salvadoreño las raíces lo suficientemente fuerte para volver a florecer? ¿puede el pueblo demostrar que aun cuando intentaron enterrarlo bajo la tierra, ella se ha encargado de mantener vivo el recuerdo de sus mas queridos devotos?