Productividad personal en una semana (Spanish Edition)

Como cada tarde al salir de la oficina, revisa su lista de «Recados».

En menos de 10 minutos revisa

Poco a poco fue dándose cuenta de que la solución era reducir el número de tareas clave con las que se podía comprometer cada día, en casos extremos incluso a sólo una, dejando al menos el 50 por ciento del tiempo sin programar para

Aún le queda por hacer su revisión operativa diaria, pero ésa la puede dejar para casa.

Ha llegado uno de los momentos que más disfruta de todo el día: pensar en lo que ha hecho y preparar las tareas clave de mañana. Tras una cena ligera, y después de dejar recogida la cocina, David se sienta con su tableta en su sillón preferido.

Aún recuerda los primeros días, cuando se fijaba cinco, seis y hasta siete tareas clave, y apenas podía terminar una. Era muy frustrante. Luego, con la práctica, se dio cuenta de que muchas de esas tareas clave no lo eran tanto. En realidad reflejaban su deseo de hacer muchas cosas, pero no el valor que aportarían a sus resultados y metas.

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poder atender otros asuntos rutinarios y de carácter urgente. Con no poco esfuerzo, prueba y error, ahora por fin cumple lo que se propone casi todos los días de la semana.

sus listas, marca como completados los recados que hizo antes de llegar a casa, y selecciona un par de asuntos que están «A la espera» desde hace ya demasiado tiempo —mañana tiene que darles seguimiento sin falta—. También marca como una tarea clave el procesar las notas que tomó en la reunión de hoy. Seguramente de ahí surgirán al menos un par de