el placer como un sacramento, el cuerpo como un territorio fértil para la trascendencia, y la belleza como un vehículo para transportarte a otros planos.

La Emperatriz es la forma y el cuerpo, y su homólogo, el Emperador, actúa como la fuerza encargada de encender el poder. Según la alquimia, la Emperatriz es sal, el cuerpo, y el Emperador es sulfuro, que es lo que da energía a la sal. Mientras que la Emperatriz te invita a conectar con tu sexualidad, el Emperador te invita a conectar con tu poder y

reconocer tu naturaleza emocional como senda esotérica a tu sexualidad.

La Torre es intensa, pero no tiene por qué asustar. Representa la eliminación de esa falsa corona, o alguna forma de arrebatar el poder a quien no lo merece.

La sexualidad sagrada es la comunión con tu esencia erótica, tu soberanía sexual, tus deseos y tu pozo de intuición, y la medicina que alimenta el alma de tu interior.

Los gnósticos consideraban que todas las personas pertenecen a lo divino, que todo el mundo es divino, pero que eso se ha perdido en la ilusión del mundo material y solo puede recordarse mediante la conexión personal y la relación con la divinidad, conocida como gnosis. Y a través de la gnosis puede experimentarse la unión divina con el alma y su

En la magiak la espiritualidad te transforma desde el interior, pero el glamur te transforma desde el exterior hacia dentro. Y cuando combinas esas dos prácticas, su poder aumenta exponencialmente.

que, mediante la unión sexual con su amada, el marido consigue atraer a la divinidad; su amada se convierte en la cara femenina de Dios, la Shekinah, y él se convierte en Dios. Y por si eso resulta demasiado abstracto, también dice que este poder divino y espiritual se encuentra en el interior de una gota de semen. Otro ejemplo de erotismo que

Existen muchas escuelas de tantra, que pueden dividirse en el tantra de la mano izquierda y el tantra de la mano derecha. La primera se toma al pie de la letra la idea de unión sexual (llamada maithuna), mientras que el tantra de la mano derecha ve el sexo y la unión extática como la metáfora de la unión con lo divino.