La educación tiene un papel principalísimo. Es terrible hoy el desprecio por las humanidades en la educación básica. Se le trata como si fuera una materia prescindible, como si estuviera reñida con la formación práctica y moderna de las nuevas generaciones.

Aprender a pensar bien. A veces se me ocurre que no hay nada más difícil en el mundo, y también que buena parte de nuestros problemas y nuestros desacuerdos, los privados y secretos tanto como los sociales y políticos, vienen de esa dificultad. Nuestro tiempo confundido ha reemplazado el pensamiento por las emociones, y, aunque no parezca haber en