El ser hablante goza porque tiene un cuerpo y el analista no está exento de ello. J.–A. Miller señala que “no es con el pretexto de que hace interpretaciones que el analista se va a tomar por el sujeto del significante. Queda algo que se llama su presencia, que no puede ser simplemente una nota al pie; además, está presente, porque aporta su cuerpo... See more
Con su presencia presta cuerpo en las interpretaciones haciéndose partenaire del sujeto. Un analista que advertido de su propio goce no analiza desde su fantasma.